miércoles, 10 de diciembre de 2008

Libertad...

Revisando un poco la trayectoría del Blog, llegué a la conclusión que quizás publico mucho de lo que aprendo y lo de que me gusta en el blog pero de una forma "indirecta" y un poco abstracta, casi nunca hablo en primera persona de lo que pienso, siento y aprendo. No suelo escribirlas por falta de práctica y un poco por falta de organización “mental”. Es verdad que cuesta mucho trabajo sentarte y escribir sobre algo en particular o escribir simplemente, por que empiezas a escribir y te das cuenta que no es lo que querías decir, o que esa palabra no es la más descriptiva y así sucesivamente. También creo que es difícil organizar y asentar toda la información que recibimos diariamente, no sólo por lo que estudiamos sino por lo que leemos en los periódicos, por lo que hablamos con nuestros amigos, etc. De hecho quisiera hablar de tantas cosas que al final como ahora no consigo el tiempo y la inspiración para dedicarle el tiempo debido a este blog. Pero lo que si me gustaría por lo menos aportar esta vez, es algo que he pensado sobre la libertad:

“La importancia que para el hombre y para la sociedad tiene… el dar entera libertad a la naturaleza humana para expandirse en innumerables y opuestas direcciones.” –J.S.Mill (Autobiography)

Las personas tenemos la libertad de tener miedo, de no querer a alguien, de equivocarnos, de escoger, de irse, de volvernos a equivocar, de decir No, de buscar la felicidad, de perderla, de aprender, de no estar de acuerdo, de estudiar, de no querer ver, de decidir cambiar, de sufrir, de gozar, de decidir No cambiar, de viajar, de llorar, de conocer, de caminar, de lastimar, de dejarnos lastimar, de olvidarnos, de volver…

Y sobre todo me gustaría hacer hincapié que las personas tenemos la libertad y el derecho a equivocarnos, mil veces si es necesario… por que al final el aprendizaje es individual, y depende de cada quien cuando y como le toque aprender. Lo que también tomaría yo en cuenta es reflexionar sobre si acaso en esas “equivocaciones” no estamos lastimando o perjudicando la libertad de alguna forma a los que nos rodean…

Horal




El mar se mide por olas,
el cielo por alas,
nosotros por lágrimas.

El aire descansa en las hojas,
el agua en los ojos,
nosotros en nada.

Parece que sales y soles,
nosotros y nada...


--Jaime Sabines--
Poeta Mexicano

martes, 9 de diciembre de 2008

Sembrando

De aquel rincón bañado por los fulgores
del sol que nuestro cielo triunfante llena;
de la florida tierra donde entre flores
se deslizó mi infancia dulce y serena;
envuelto en los recuerdos de mi pasado,
borroso cual lo lejos del horizonte,
guardo el extraño ejemplo, nunca olvidado,
del sembrador más raro que hubo en el monte.

Aún no se si era sabio, loco o prudente
aquel hombre que humilde traje vestía;
sólo sé que al mirarle toda la gente
con profundo respeto se descubría.
Y es que acaso su gesto severo y noble
a todos asombraba por lo arrogante:
¡hasta los leñadores mirando al roble
sienten las majestades de lo gigante!

Una tarde de otoño subí a la sierra
y al sembrador, sembrando, miré risueño;
¡desde que existen hombres sobre la tierra
nunca se ha trabajado con tanto empeño!
Quise saber, curioso, lo que el demente
sembraba en la montaña sola y bravía;
el infeliz oyóme benignamente
y me dijo con honda melancolía:
—Siembro robles y pinos y sicomoros;
quiero llenar de frondas esta ladera,
quiero que otros disfruten de los tesoros
que darán estas plantas cuando yo muera.

—¿Por qué tantos afanes en la jornada
sin buscar recompensa?— dije. Y el loco
murmuró, con las manos sobre la azada:
—«Acaso tú imagines que me equivoco;
acaso, por ser niño, te asombre mucho
el soberano impulso que mi alma enciende;
por los que no trabajan, trabajo y lucho;
si el mundo no lo sabe, ¡Dios me comprende!

»Hoy es el egoísmo torpe maestro
a quien rendimos culto de varios modos:
si rezamos, pedimos sólo el pan nuestro.
¡Nunca al cielo pedimos pan para todos!
En la propia miseria los ojos fijos,
buscamos las riquezas que nos convienen
y todo lo arrostramos por nuestros hijos.
¿Es que los demás padres hijos no tienen?...
Vivimos siendo hermanos sólo en el nombre
y, en las guerras brutales con sed de robo,
hay siempre un fratricida dentro del hombre,
y el hombre para el hombre siempre es un lobo.

»Por eso cuando al mundo, triste, contemplo,
yo me afano y me impongo ruda tarea
y sé que vale mucho mi pobre ejemplo
aunque pobre y humilde parezca y sea.
¡Hay que luchar por todos los que no luchan!
¡Hay que pedir por todos los que no imploran!
¡Hay que hacer que nos oigan los que no escuchan!
¡Hay que llorar por todos los que no lloran!
Hay que ser cual abejas que en la colmena
fabrican para todos dulces panales.
Hay que ser como el agua que va serena
brindando al mundo entero frescos raudales.
Hay que imitar al viento, que siembra flores
lo mismo en la montaña que en la llanura,
y hay que vivir la vida sembrando amores,
con la vista y el alma siempre en la altura».

Dijo el loco, y con noble melancolía
por las breñas del monte siguió trepando,
y al perderse en las sombras, aún repetía:
—«¡Hay que vivir sembrando! ¡Siempre sembrando!...»

Marcos Rafael Blanco Belmonte

viernes, 5 de diciembre de 2008

El descubrimiento de "El Dorado"




El fracaso


¿El hombre más rico?, No, el más pobre, el más miserable, el mendigo más decepcionado de la tierra. A los ocho días, el secreto ha sido divulgado. Una mujer – siempre la mujer- se lo contó a un vagabundo y le entregó algunas pepitas. Lo que ocurre entonces es algo inconcebible. Todos los hombres que están a las órdenes de Suter abandonan su trabajo: los herreros dejan la fragua; los pastores, el ganado; los viñadores, las vides; l los soldados, las armas. Todos se dirigen como locos a la serrería con cedazos y cacerolas de metal para separar el oro de la arena. En pocas horas, las granjas quedan abandonadas. Las vacas lecheras mugen lastimeramente pidiendo que las ordeñen, pero nadie las atiende y van muriendo. Los búfalos rompen las vallas y huyen a los campos, donde la fruta se pudre en las ramas de los árboles. Ya no se produce queso, se hunden los graneros. Todo el mecanismo de la grandiosa empresa queda paralizado.

El telégrafo difunde a través de mares y continentes la aurífera promesa, y acuden gentes de todas las ciudades y de todos los puertos. Los marineros dejan los barcos; los empleados, las oficinas. Llegan ingentes multitudes procedentes del Este, a pie, a caballo, en carro. Es como una invasión, la plaga de la humana langosta. Son los buscadores de oro. Horda brutal, sin freno de ninguna especie, que no conoce más ley que la fuerza bruta ni más orden que el que impone su revólver. […] en fin: en pocas horas, Juan Augusto Suter se ha convertido en un mísero mendigo, que como el rey Midas, se ahoga en su propio oro.

La enloquecedora sed de oro impulsa aquel alud desconocido, que avanza como una tempestad; la noticia se ha difundido por todo el mundo; sólo de Nueva Cork zarpan cien barcos; de Alemania, de Inglaterra, de Francia, de España, vienen en 1848, 1849, 1859 y 1851 numerosas caravanas de aventureros. Algunos dan la vuelta por el cabo de Hornos, pero a los más impacientes les parece el camino demasiado largo y escogen el más corto y peligroso: van por tierra atravesando el istmo de panamá. [...] son hombres de todas las razas, de todas las lenguas, y todos se instalan en las propiedades de Juan Augusto Suter, como si fueran suyas. En la tierra de San Francisco, que según la escritura en regla que obra en su poder le pertenece a él, surge con una rapidez asombrosa una auténtica ciudad. Gentes extranjeras venden y compran entre sí los terrenos que son de Juan Augusto Suter, y el nombre de Nueva Helvecia, su reino y su dominio, desaparece borrado por el nombre maravilloso de El Dorado, California.

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Libro: "Momentos Estelares de la Humanidad" (Stefan Zweig)

... "es sin querer... queriendo"



Entre las contradicciones cotidianas del mundo que nos rodeo, decidí resaltar uno que recientemente leí y me pareció fundamental agregarlo a mi blog.

J. Nogué hablando sobre el nacionalismo:

[...] "Me parece oportuno incidir en una flagrante contradicción, esto es la casi total ausencia de la perspectiva de género en los análisis sobre el nacionalismo y su dimensión simbólica e iconográfica, cuando, de hecho, las representaciones pictóricas y escultóricas de las naciones se expresan muy a menudo a travñes de figuras alegóricas femeninas. Britannia, Marianne o Lady liberty serían buenos ejemplos, aunque no los únicos. La mujer, el cuerpo femenino, ha personificado la idea de nación, así como también otros conceptos, como la justicia, la libertad o la igualdad. En estos últimos casos diría que la personificación contiene algo de ironía y sarcasmo, puesto que si algo le ha sido vetado a la mujer a lo largo de la historia ha sido, justamente, el uso de esos derechos...